lunes, 7 de septiembre de 2015

Somos realmente conscientes del poder que tenemos?

Estos días se está llevando a cabo una protesta en Galicia por parte de los trabajadores del sector lácteo, en demanda de unos precios dignos para su producto. Han llenado la ciudad de tractores, bloqueándola durante todo el día. No hemos podido circular por la ciudad en coche y se ha colapsado el funcionamiento normal de la misma.
Eso me ha hecho pensar en nosotros, reflexionar sobre el poder que tenemos los colectivos sanitarios, y del cual no somos realmente conscientes.
A los enfermeros por ejemplo, que es lo que vivo, nos han masacrado. Nos han despedido, nos han bajado el sueldo, nos han quitado derechos fundamentales como los días de libre disposición y nos han aumentado la carga de trabajo de una forma tan brutal que lo están pagando los pacientes día tras día. Nos están encauzando a la privatización total mientras ellos se llenan los bolsillos con nuestro dinero, que descansa en cuentas suizas.
Han hecho todo eso y les hemos dejado. Les hemos dejado porque todo lo que se ha visto han sido leves y esporádicas protestas, manifestaciones a desgana en las que hemos mostrado más división que unión. Leves, esporádicas y a desgana comparadas con cómo podrían ser si mostrásemos espíritu de grupo.
Pensad por un momento en qué podría pasar si simplemente todos los contratados hiciésemos huelga un par de días. (TODOS). Sólo 1 o 2 días. Que no tuviesen personal suficiente para hacer esas operaciones, que no encontrasen quien cuidase de esos enfermos de UCI, que las plantas no diesen a basto, que se colapsasen las urgencias. Yo os digo lo que pasaría.
El colapso y el nerviosismo sería tal que a los de arriba se les pondrían de corbata y nos concederían lo que les pidiésemos.
Por supuesto no podríamos negar su cuidado a quien realmente lo necesite, no hablamos de dejar morir a la gente, todo con sentidiño.
Veréis qué pronto se acababa esta tontería.

viernes, 4 de septiembre de 2015

El compañerismo en su justa medida

Paco es un paciente de trauma. Se rompió el fémur en un accidente de moto y después de operarse, está en la sala de recuperación post-anestésica. Se muere de dolor y pide calmantes, tiene frío y no le traen mantas, y asoma la tiritona. Pregunta por sus familiares y le dicen que no pueden pasar las familias, que tendrá que esperar para verlos. Son las normas.
Pero al lado está Damián, un chico operado de un túnel carpiano que ha llegado después y está bastante bien. Con él están su mujer y su hija, un par de doctores y las enfermeras. Les han colocado biombos para tener intimidad y le ponen calmantes, le humedecen los labios y le preguntan si necesita algo más. "Debe de trabajar aquí", piensa Paco. Se ve que las normas no son iguales para todos.
A los enfermeros nos dan palos por todas partes. Estamos "puteados" , por así decirlo, por arriba y por abajo. Es lógico que cuando podemos hacernos favores entre nosotros aprovechemos y lo hagamos. Vaya por delante que me parece bien.
Me parece bien que envíes una analítica tuya por el tubo (si la necesitas) porque es rápido. Me parece bien que hables con un adjunto para que te solucione un problema, o incluso evitarte meses de espera.  Que haya precios reducidos en la cafetería o que puedas ver a tus familiares cuando están en sitios donde no se permiten visitas. Pero hay cosas que no me parecen bien.
No me parece bien que por el hecho de ser "hijo de la supervisora" o "primo de un médico" tengas que tener mejores atenciones que los demás. No me parece bien que por llevar pijama tenga que tratarte a cuerpo de rey, con pacientes al lado que se estarán preguntando por qué a ellos no.
No me parece bien la discriminación positiva cuando se lleva hasta ciertos límites. Y lo que peor me parece es el hecho de exigir por ser compañero.
"Yo soy de la casa". Ya, y qué? No te conozco. Te atenderé igual de bien que a los demás e incluso mejor si quiero, pero no vengas exigiendo como si tu quiste anal fuese más urgente que la laparotomía de al lado.
Seguro que lo vivís cada día: si es "de la casa" casi te lo dicen antes que su diagnóstico y su estado.
Escribo esto como opinión personal, no pretendo dar lecciones ni muchísimo menos. Es sólo que, en mi humilde opinión, hay que pensar en los pacientes, en todos. Puede que los favores que les hacemos a unos les sienten como una patada en el culo a los demás, sólo eso.
Si desafortunadamente tengo que ingresar por cualquier cosa no iré por delante con mi puesto de trabajo, no tengo por qué demandar cosas que no me corresponden.