lunes, 20 de abril de 2020

Cuando todo esto acabe.





“En los albores de la tempestad...vuelvo a vosotros...”


Gandalf



Hola a todos, espero que estéis bien.

Hace ya más de un mes que todo esto empezó y en mi cabeza aún está por asimilar. Ella intenta restarle importancia, hacerme creer que la situación se solucionará y todo volverá a la normalidad.

Sabemos que lo conseguiremos, pero no cuánto tiempo necesitaremos, ni las consecuencias que acarreará todo el proceso, pero saldremos adelante.

Nos ha tocado enfrentarnos a algo para lo que no estábamos preparados, y nos ha obligado a improvisar. Ha tenido que ser un “bicho” venido de China quien haya destapado (que no creado) carencias en todo nuestro sistema de organización, medios e infraestructura (material y moral.).

En todo este tiempo hemos aprendido a apreciar el aire libre, el valor de la naturaleza, la compañía de cualquier persona (o animal) e incluso del ejercicio. Algunos incluso se han dado cuenta de que disponían de un sistema sanitario digno que vela por su salud, así como de un grupo de profesionales dedicados que se han formado para cuidar de ellos, y han querido agradecérselo. Habéis querido agradecérnoslo, y tengo 2 mensajes para vosotros.
 



El primero es simple: muchísimas gracias, os lo agradezco mucho!

Justo antes de que el virus atacase yo atravesaba por una situación de desánimo con mi trabajo. Las condiciones laborales a las que se nos ha sometido durante años y las perspectivas de futuro disminuyeron considerablemente mis ganas de seguir. Recuerdo que tras terminar un contrato de 2 días mi supervisora en ese momento me preguntó qué tal estaba. No era necesario contestar así que suspiré, la miré y sólo supe decir ; “necesito un descanso”.

Soy un ejemplo claro de las condiciones a las que nos someten día a día, mes tras mes, nuestros gerentes y sobre todo políticos.

He superado los 30 años , acumulo cerca de 500 contratos (la gran mayoría de 1 día) y he trabajado en practicamente todas las unidades que puede tener un hospital.

Vivo pendiente de un teléfono y cada vez que termino un contrato, suena. Se me ofrece “lo que haya” y lo que hay nunca es bonito. Una extensa cantidad de contratos menores de 10 días que estoy obligado a coger , o me sancionarán durante 1 año. Ir día a día, semana a semana. 30 años y no sé si mañana podré ir al cine, si la semana que viene podré ir a comer con mis padres o si dentro de 2 meses podré hacer un viaje con mis amigos. De planes de vida, mejor, ni hablamos.

Empezaré en un sitio nuevo, intentaré aprender a hacerlo lo mejor posible, intentaré relacionarme con mis compañeros y en unos días me iré. Lo que he aprendido se me olvidará, como se olvidarán mis compañeros de mí, y volveré a ser el nuevo.

Empezaré en una planta y me haré cargo de muchos más pacientes de los que debería. Me pasaré una noche entera repartiendo medicación sin poder pararme a hablar mucho con ellos y me iré por la mañana con dolor de piernas, sin acordarme de sus caras y con la sensación de no haber podido prestarles tanta atención como me gustaría, por ser demasiados.

Puede que mañana tenga que ir a Uci y tenga que repasar conocimientos porque hace meses que no voy. Puede que alguna cama esté vacía y un supervisor decida moverme a pediatría por ahorrarse contratar a alguien que sepa, porque “vales para todo”.

Trabajaré noches, festivos y fines de semana, no tendré vacaciones, días libres ni permisos y rezaré para que si algún día enfermo, o me rompo una pierna coincida con que tengo un contrato activo y tenga derecho a baja.

Haré todo esto, o lo hacía, siendo consciente de que mi trabajo era invisible a ojos de los que mandan, a ojos de muchos pacientes incluso, pero ya no, y a eso iba.

Gracias por los aplausos, los ánimos en redes sociales o por la calle, las mascarillas caseras, los cafés y chocolatinas gratis, y , sobre todo, por quedarte en casa. He visto una solidaridad y apoyo a los profesionales sanitarios como nunca antes, me ha reconfortado y me ha hecho recuperar el ánimo y recordar por qué decidí dedicarme a la salud.



Seguiremos.



Segundo mensaje, el más importante.



Más que mensaje es una petición de ayuda y es simple: seguid ayudándonos y apoyándonos cuando todo termine, o los políticos acabarán con nosotros. Ellos son el problema.

Hemos estado durante años gobernados por “personas” que han recortado los fondos destinados a sanidad, privatizado instituciones y comerciado con la salud de la población.

Cada vez nuestras condiciones son peores, se nos carga más de trabajo y se limitan más nuestros derechos, afectando directamente a la calidad de atención a los pacientes.

Ha llegado una pandemia y nadie supo establecer un plan de acción. En mi hospital se nos puso a atender pacientes infectados sin formación , desconociendo totalmente los riesgos del virus, con material defectuoso (o directamente sin material) y sin control . Los trabajadores han tenido que organizarse por su cuenta para sacar el hospital adelante. Diseñar máquinas para esterilizar las mascarillas, aprovechar bolsas de basura para crear equipos de protección...todo vale.

Han pasado cosas muy graves que nada tienen que ver con la falta de medios:

- Se ha puesto a trabajar a personal con mascarillas defectuosas CONSCIENTEMENTE y sin avisarles.

- Han cesado contratos firmados de compañeros porque ya no hacían falta, nos han mandado a casa y los contratos han desaparecido. Ante la presión social, han vuelto a contratar a esos compañeros alegando un error humano, y nos han movilizado por todo el hospital.

- Se ha utilizado personal sin formación en unidades especiales para no pagar , teniendo personal formado en sus casas. De la misma forma se ha intentado que el personal contratado doblase jornada , todo por no contratar personal.



Podría estar así hasta mañana, pero no quiero alargar esto demasiado. Resumamos todo en que necesitamos vuestra ayuda. Cuando vuelva la normalidad, no olvidéis que estuvimos y estaremos aquí. Cambiemos los aplausos en balcones por gritos en plazas, y aseguremos una sanidad digna y de calidad.



Ayudadnos a cuidaros mejor. Parafraseando a Enfermeiras Eventuais en Loita , cuando todo esto acabe:




“Coida a quen te coida”

miércoles, 15 de marzo de 2017

Guía básica de supervivencia para el turno de noche

El turno de noche. Ay...el turno de noche. Posiblemente la peor parte de nuestro trabajo y también para la que menos se nos prepara. Recuerdo que como en las prácticas universitarias no se hacen noches (craso error, por cierto) llegué al primer turno de alterne sin tener ni puta idea de lo que me esperaba. A día de hoy sigo llevándolas mal, aún así en lo poco que llevo trabajando he ido quitando truquillos de unos y otros que ayudan a sobrellevarlas un pelín mejor. Libreta y boli:

1. Duerme bien: sí, vengo aquí a descubrir la pólvora, qué pasa? Ahora en serio, si el día siguiente trabajas de noche hay 2 buenas tácticas: puedes acostarte tarde el día anterior y dormir hasta la 1 o las 2 de la tarde para ir fresco, o mi preferida, levantarte a una hora de persona normal, aprovechar la mañana y dormir una siesta larga. Cualquiera de las dos repone.

2. Cena ligero: no es aconsejable ir de noche con el estómago a rebosar, se trata de concentrar la sangre en la cabeza y no en la panza. Este punto combina perfectamente con los puntos 3 y 4.

3. Cenad en el trabajo: pedid chino, sushi, unas pizzas o llevadlo de casa. Parece una chorrada pero el hecho de desconectar por 20 o 25 minutos para comer algo refresca muchísimo y anima el resto de la noche. Esto obviamente depende del sitio en el que se trabaje y de las horas a las que se pueda tener tiempo, si es que se tiene. Además combina con el punto 4.

4. Las noches no son para dietas: bastante tienes con pringar de noche y no poder dormir como para tomarte una manzanita y una infusión. Dale a tu cuerpo y sobre todo a tu cerebro un premio por sacrificarlo así, te lo agradecerá. Recomiendo toneladas de chocolate o gominolas, aunque hay quien prefiere salados (palomitas, patatas fritas,pipas...). El caso es la gochada, lo cerdo, lo que hace sentir mal, le mierdé.


5. No abuses del café: como estimulante funciona hasta cierto punto, pero todo tiene un límite. El cuerpo no necesita cafeína, sino glucosa y agua (véase punto 6).De noche no más de 1 café (como muchísimo 2). Las 12 o la 1 es una buena hora. Si abusas del café acabarás dificultando el sueño posterior y estarás más cansado.



6. Botellita de agua: la hidratación es importantísima para reducir el cansancio y mantener la energía física y mental. Imagino que tendréis fuente de agua, compraos una botella libre de PBA que se pueda rellenar y a empinar. Que os siga como un hijo.



7. Retorno venoso: en periodos de descanso poner las piernas en alto disminuye considerablemente la sobrecarga de miembros inferiores. Si queréis algo más pro, medias de compresión. Porque sí, a veces descalzarse y masajearse un poco los pies equivale a esto:


8. Kindle: al hospital se va a trabajar pero a veces hay momentos en los que no hay movimiento. En esos momentos es mejor tener la cabeza entretenida que el aburrimiento, porque el aburrimiento lleva al sueño y el sueño al lado oscuro de la fuerza, y no queremos eso. Un libro electrónico es facilmente transportable, puede almacenar miles de libros, posee una duración de batería de un mes y no daña la vista, teniendo incluso luz para leer con baja iluminación. Imprescindible. También valen series,pelis,consolas, podcasts...pero para mí nada como el Kindle. Entretiene sin quitar la mente del curro.


9. El saliente es un día libre: piensa así y aprovéchalo, sácale partido. Duerme hasta las 2-2:30 y haz planes por la tarde. Es una motivación extra trabajar de noche sabiendo que el día siguiente hay cosas guays que hacer. No te tires la semana de noches vegetando.

Turnos hay miles y seguramente la mayoría de noches no se pueda hacer todo. Habrá noches en que no nos podamos sentar, comer y no digamos leer un libro, noches de trabajo y agobio extremo en la que os acordaréis de este post y pensaréis en el gilipollas que dice que hay que tener las piernas en alto cuando he terminado la medicación de las 24 y ya tengo que empezar con la de las 4.
Yo mismo  me cagaré en todo la próxima noche liada, me atiborraré de café y el día siguiente dormiré hasta que no recuerde el día que es. Pero eh, no me lo tengáis en cuenta.





PD: sigo admirando a las/los que trabajáis y tenéis hijos. Salir de una noche jodida, dar el desayuno a los críos, llevarlos al cole, hacer las tareas de casa y ya si tal, dormir, me resulta encomiable. Quizá yo algún día.


PD2: Este blog no se responsabiliza del consumo indiscriminado de dulces y alimentos ricos en calorías, ni de los más que probables problemas de salud y orondez causados por su consumo.

lunes, 13 de marzo de 2017

Si yo te contara....

Es bastante frecuente en mi vida, y supongo que en la de cualquiera de vosotros, tener conversaciones sobre el hospital con gente que no sabe cómo funciona, que sólo ve la cara externa y extrae su opinión de esa pequeña parte. Los comentarios de la gente suelen ser negativos, sobre todo si su experiencia se basa en pasos por urgencias o centros de salud, que es lo que más conocen. Véase:

- Pues el otro día me encontraba fatal, fui al médico de cabecera y se lavó las manos, me derivó a Urgencias. Allí estuve 3 horas para que me atendieran, me cogieron una vía y para que viniera el médico estuve otras 3 horas. Cuando me valoró me dijo que no tenía nada, que Paracetamol y para casa. Menudo desastre.

Ante este tipo de frases, nuestra respuesta suele ser algo como:
- Si yo te contara....



"Si yo te contara..." 

Y bien, por qué no contarlo? Por qué no decir las cosas como son? Por qué no intentar abrir un poco los ojos de la gente que te rodea, para que sean realmente conscientes de la situación que se vive dentro de un hospital, y de las causas de la misma?
Yo propongo cambiar los "Si yo te contara..." por un "Deberías saber".
Deberías saber que la gente que nos gobierna, probablemente gente a la que hayas votado (mera estadística), está intentando eliminar la Sanidad pública utilizando un truco más viejo que el hambre: disminuir la calidad en todos sus apartados para que se hunda por sí misma. Día a día, en todos los hospitales públicos de España los trabajadores sanitarios llevan a cabo una lucha contra estos gerifaltes trajeados, peleando como pueden por cada derecho fundamental que éstos intentan arrebatar, pero es inevitable que la calidad asistencial se vea perjudicada.

Deberías saber que la comida que te sirven, la televisión que ves, y la limpieza que recibes cuando estás hospitalizado proviene de empresas que buscan beneficio económico, no el tuyo. Que en algunos casos incluso los profesionales que te atienden son gestionados por empresas privadas, disminuyendo así la atención prestada.

Deberías saber que a los enfermeros/as se nos obliga a trabajar cada día bajo presión, haciéndonos cargo de un número ilegal de pacientes, con una cantidad de trabajo por momentos desorbitada y sin tiempo para descansar.  
Por supuesto deberías saber que muchos de nosotros trabajamos a contratos de un día, día a día. Que cada uno es en una unidad diferente, con pacientes que requieren cuidados muy diferentes y a veces sin nadie que nos eche una mano. Que nos llaman a la hora que sea y nos obligan a hacer las 7 horas de rigor, aunque termines a las 23:30 de la noche. Que cogerse una baja es empresa difícil y que nos las descuentan del sueldo (cómo osas estar enfermo?).
Deberías saber que cuando alguien puede "asumir" más trabajo según la ley, lo asumirá. Que a la mínima que tengas un día tranquilo sonará el teléfono y un supervisor te buscará un lugar en el que "necesiten una mano". Cómo vamos a contratar a alguien, con la barbaridad que cobra un enfermero por día?
 Le dará igual que no tengas experiencia en esa unidad, que sean bebés, niños, adultos o mayores. Y qué si tienes que cargar nutriciones en una campana de flujo, canalizar vías a bebés o asistir en un quirófano de traumatología? No se supone que has estudiado para eso?
Sabed también que aunque les digas que no tienes experiencia les dará exactamente igual, te soltarán la siempre mítica frase de :

"Bueno mujer, tienes compañeras que te echan una mano"

Deberías saber que  hay gente cobrando un plus por limitar contrataciones. Que los que una vez fueron tus compañeros se apañan como puedan para llevarse un  pellizquito, aunque sea a costa de tu sufrimiento.


Deberías saber que se nos obliga a trabajar con material de ínfima calidad: los guantes son permeables y se desintegran nada más quitarlos de la caja, los abbocaths se rompen, las máquinas de rayos están viejas, que no hay almohadas, que se reutilizan las sábanas de pacientes que llegan de la privada, que nos restringen las soluciones cutáneas como el Cavilon o el Corpitol (a pesar de lo bien que funcionan), que los "colchones buenos" no se le ponen a todo el mundo, que las mascarillas con filtro especial requieren que hagas una petición formal al gobierno y a la ONU...
Sabéis que no nos dan uniformes? Se ve que están fabricados con piel de tigre de las nieves y no se puede asumir que tengas más de uno. Tampoco nos dan zuecos, pero si tienes un accidente laboral y no los llevas puestos....ahh sorpresa!
Sabéis que en las plantas los termómetros están bajo llave en los despachos de las supervisoras, y si vas a cubrir días tiene que venir seguridad a dártelo para poder trabajar? Que en urgencias no hay glucómetro, y si no te compras uno con tu sueldo no puedes medir glucemias? Pues sabedlo.
Sabed que tenemos que aguantar los brazos de los respiradores con cinta, porque se caen. Que el esparadrapo ahora mismo sujeta el 10% del hospital.
Deberíais saber que lo que os dicen de que "no hay dinero" es mentira. Sí lo hay, trabajando allí lo ves. Lo que pasa es que invertirlo en un cacharro de millones de euros sale en la prensa, pero tener un ratio enfermeros/pacientes acorde a la unión europea no.



Y por último, deberías saber que la culpa también es nuestra, no siempre del sistema.  Hay gente vaga, gente que no quiere trabajar, déspotas e irresponsables. Por suerte, por lo que he podido experimentar, son la inmensa minoría.
En España tenemos unos profesionales fabulosos: auxiliares de enfermería, celadores, médicos, enfermeros, técnicos de rayos y laboratorio...que se esfuerzan muchísimo porque esto siga adelante. Pero necesitamos ayuda. Necesitamos que cuando nos manifestemos por algo se nos arrime el hombro, que cada vez que los de arriba den un paso hacia la privatización todos nos opongamos, y que cuando te tires toda la tarde en urgencias sepas diferenciar un mal profesional de un profesional que no da abasto.






















martes, 5 de abril de 2016

Recibir dinero de pacientes

Ups, qué es esto? Anda, pero si yo tenía un blog y solía escribir en él! 
Lamento la falta de actividad pero como habréis podido comprobar en Twitter, no he estado muy atento a Internet ultimamente. Vamos al turrón.
Hace tiempo que quería escribir sobre esto y no encontraba el momento, pero el otro día me tocó trabajar en atención primaria y me acordé del tema.
Un paciente, digamos Torcuato, acudió como cada mes a su control de INR, a buscar su nueva pauta de anticoagulación oral. El resultado estaba en rango y yo iba a darle su pauta habitual para 30 días, pero él se adelantó. 
Me dijo que se iba de vacaciones unos 15 días, y que si podía hacerle el favor de extender la pauta una semana y pico. Le dije que íbamos a ver qué se podía hacer.
Lo consulté con la doctora responsable y le solucionamos el problema.  Torcuato podría disfrutar de sus vacaciones, yo iría a por el segundo café de la mañana y santas pascuas. ¿Dónde está el problema?
Me lo agradeció mucho, demasiado. Me lo agradeció en forma de billete de 5 euros al darme la mano.
 Yo tardé un poco en reaccionar, no me lo esperaba. Obviamente y después de un arduo toma-daca billetil le devolví su dinero y le expliqué que no tenía necesidad de pagarme por hacer mi trabajo.

- Faltaría más Torcuato, al contrario. Me puede meter usted en un problema, a mí y a cualquiera.
- Pero cógelo muchacho! - me dijo - Cómo si no voy a agradecértelo?
- Ya lo hace con sus impuestos señor, usted y todos.

Se fue cabizbajo y yo fui a por ese café pensando en el tema. No era la primera vez que me pasaba, ni de lejos. No sé si pasa en vuestra zona pero en los pueblos de Galicia la gente, sobre todo gente mayor, siempre ha tenido un respeto exagerado por los médicos/enfermeros/etc. He trabajado en muchos centros de salud y en todos alguien ha intentado darme dinero, en mayor o menor cantidad. 
Siempre lo rechazo, aunque a veces tenga incluso que ponerme serio o enfadarme por la insistencia de la gente. 
Trabajé en un pueblo en el que el enfermero anterior (jubilado hace años) cobraba una tarifa por ir a domicilios, tenía a la gente amedrentada y hacía cosas totalmente fuera de su alcance profesional.
En ese mismo pueblo me quisieron dar 10 euros por poner una intramuscular  a domicilio, y cuando los rechacé no me comprendieron. Les extrañó. 
Iba a pinchar a la abuela del panadero y me daba un bizcocho, dos panes y una empanada. Atendía a alguien antes de tiempo y sacaban el monedero. El caso es que se sentían obligados a darme algo en pago por mi atención.
Mi pregunta es: son estas cosas los últimos coletazos de una época ya pasada en la que los sanitarios locales hacían lo que les daba la gana ? Sigue habiendo gente que acepta dinero a diario por su trabajo y por eso nos lo siguen ofreciendo? Qué opináis?

En Galicia es común llevarle al médico alimentos caseros como agradecimiento en ocasiones especiales (unos huevos de casa, verduras, un pollo, etc), y se aceptan de buen grado. Eso me parece bien, es una muestra de afecto que no perjudica a nadie (incluso se quedan más contentos si lo aceptas). Otra cosa es lo del dinero.
Si tenemos una sanidad pública es para tener acceso a una atención de calidad financiada con impuestos sobre nuestro trabajo, y si coges dinero extra por debajo de la mesa:
1- No sé cómo no se te cae la cara de vergüenza.
2- Estás promoviendo que más gente lo siga haciendo.

Animaos a escribir si os pasa algo parecido, o a dar vuestra opinión. Espero vuestros comentarios.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

A ti, que no quieres enseñar

Puede que seas de esos que piensan que nadie te paga por formar alumnos. Puede que pienses que son un riesgo y una carga innecesarios para ti, que hay profesores asociados a las escuelas de enfermería percibiendo un sueldo mensual por responsabilizarse de una gente que ni siquiera se molestan en conocer. Puede que a ti nadie te enseñase nada y quieras nivelar la balanza kármica, o puede que veas en los nuevos llenos de ganas y energía una amenaza a tu estilo de vida acomodado.
 No voy a meterme en jardines sobre si estamos obligados o no a enseñar por ley, porque depende del servicio de Salud, de si hablamos de la privada....y lo considero irrelevante para lo que nos atañe.
Bien, siendo objetivos, en algunas cosas tienes razón. Por ejemplo en lo tocante a las profesoras asociadas.
Son una figura simbólica elegida a dedo, que adjudican notas aleatoriamente sin palpar el trabajo real de sus alumnos. Ir el último día a preguntar "qué tal los niños" y poner notas no me vale, lo siento. No puedes evaluar a alguien si no compartes unidad con él, y por eso creo que el sueldo que ganan no está justificado.
Abstrayéndonos de legislaciones y burocracias, sólo quería que tuvieses en cuenta un par de cosas:

1- Si no quieres alumnos contigo, dilo, pero no marees. Que los padawans se pongan con quien esté interesado en formarles, en lugar de andar detrás de ti para suplicarte hacer una analítica. Me pasó a mí en la carrera con una persona. Me dijo que ella no se hacía cargo de alumnos y lo hablamos con la supervisora. Como sólo había una enfermera por turno en esa unidad, los días estaba esa persona me quedaba en casa estudiando y no perdía el tiempo.  No me pareció mal en absoluto.

2- La enfermería de momento no es una empresa. Los que hoy aprenden mañana serán tus compañeros, o estarán a tu cuidado si enfermas, lo quieras tú o no.  El karma es jodido y llegará el momento en el que serás tú el que tenga que aprender de ellos. Veremos qué cara te ponen.

3- Un alumno puede ser muy útil en tu día a día. Si inviertes los primeros días en formarlo bien y lo supervisas, podrá quitarte mucho trabajo de encima, estar pendiente de cosas de las que te olvidas o corregir tus errores. Por supuesto hay de todo en la viña del señor, tengo visto cafres a los que no les dejaría ni poner tapones a vías.




lunes, 7 de septiembre de 2015

Somos realmente conscientes del poder que tenemos?

Estos días se está llevando a cabo una protesta en Galicia por parte de los trabajadores del sector lácteo, en demanda de unos precios dignos para su producto. Han llenado la ciudad de tractores, bloqueándola durante todo el día. No hemos podido circular por la ciudad en coche y se ha colapsado el funcionamiento normal de la misma.
Eso me ha hecho pensar en nosotros, reflexionar sobre el poder que tenemos los colectivos sanitarios, y del cual no somos realmente conscientes.
A los enfermeros por ejemplo, que es lo que vivo, nos han masacrado. Nos han despedido, nos han bajado el sueldo, nos han quitado derechos fundamentales como los días de libre disposición y nos han aumentado la carga de trabajo de una forma tan brutal que lo están pagando los pacientes día tras día. Nos están encauzando a la privatización total mientras ellos se llenan los bolsillos con nuestro dinero, que descansa en cuentas suizas.
Han hecho todo eso y les hemos dejado. Les hemos dejado porque todo lo que se ha visto han sido leves y esporádicas protestas, manifestaciones a desgana en las que hemos mostrado más división que unión. Leves, esporádicas y a desgana comparadas con cómo podrían ser si mostrásemos espíritu de grupo.
Pensad por un momento en qué podría pasar si simplemente todos los contratados hiciésemos huelga un par de días. (TODOS). Sólo 1 o 2 días. Que no tuviesen personal suficiente para hacer esas operaciones, que no encontrasen quien cuidase de esos enfermos de UCI, que las plantas no diesen a basto, que se colapsasen las urgencias. Yo os digo lo que pasaría.
El colapso y el nerviosismo sería tal que a los de arriba se les pondrían de corbata y nos concederían lo que les pidiésemos.
Por supuesto no podríamos negar su cuidado a quien realmente lo necesite, no hablamos de dejar morir a la gente, todo con sentidiño.
Veréis qué pronto se acababa esta tontería.

viernes, 4 de septiembre de 2015

El compañerismo en su justa medida

Paco es un paciente de trauma. Se rompió el fémur en un accidente de moto y después de operarse, está en la sala de recuperación post-anestésica. Se muere de dolor y pide calmantes, tiene frío y no le traen mantas, y asoma la tiritona. Pregunta por sus familiares y le dicen que no pueden pasar las familias, que tendrá que esperar para verlos. Son las normas.
Pero al lado está Damián, un chico operado de un túnel carpiano que ha llegado después y está bastante bien. Con él están su mujer y su hija, un par de doctores y las enfermeras. Les han colocado biombos para tener intimidad y le ponen calmantes, le humedecen los labios y le preguntan si necesita algo más. "Debe de trabajar aquí", piensa Paco. Se ve que las normas no son iguales para todos.
A los enfermeros nos dan palos por todas partes. Estamos "puteados" , por así decirlo, por arriba y por abajo. Es lógico que cuando podemos hacernos favores entre nosotros aprovechemos y lo hagamos. Vaya por delante que me parece bien.
Me parece bien que envíes una analítica tuya por el tubo (si la necesitas) porque es rápido. Me parece bien que hables con un adjunto para que te solucione un problema, o incluso evitarte meses de espera.  Que haya precios reducidos en la cafetería o que puedas ver a tus familiares cuando están en sitios donde no se permiten visitas. Pero hay cosas que no me parecen bien.
No me parece bien que por el hecho de ser "hijo de la supervisora" o "primo de un médico" tengas que tener mejores atenciones que los demás. No me parece bien que por llevar pijama tenga que tratarte a cuerpo de rey, con pacientes al lado que se estarán preguntando por qué a ellos no.
No me parece bien la discriminación positiva cuando se lleva hasta ciertos límites. Y lo que peor me parece es el hecho de exigir por ser compañero.
"Yo soy de la casa". Ya, y qué? No te conozco. Te atenderé igual de bien que a los demás e incluso mejor si quiero, pero no vengas exigiendo como si tu quiste anal fuese más urgente que la laparotomía de al lado.
Seguro que lo vivís cada día: si es "de la casa" casi te lo dicen antes que su diagnóstico y su estado.
Escribo esto como opinión personal, no pretendo dar lecciones ni muchísimo menos. Es sólo que, en mi humilde opinión, hay que pensar en los pacientes, en todos. Puede que los favores que les hacemos a unos les sienten como una patada en el culo a los demás, sólo eso.
Si desafortunadamente tengo que ingresar por cualquier cosa no iré por delante con mi puesto de trabajo, no tengo por qué demandar cosas que no me corresponden.